Lobas de Mar
Anne Bonny y Mary Read…
Un amor pirata Por Germán Diograzia ¿Usted cree que las mujeres han sido frágiles damiselas y que hace poco lograron su independencia? Toda regla tiene su excepción y esta es una de ellas. Anne Bonny y Mari Read vivieron allá por el 1700 y pico. Ambas llegaron a ser amigas, a “mimarse” y hasta tener y disfrutar (en un erótico triangulo de aquella época) a uno de los más temidos piratas del caribe: Jack Rackhman o Calico Jack como se lo apodaba .Estas “señoritas”, por distintos motivos, vistieron como hombres y fueron brutales guerreras en aquellas aguas calientes del Caribe. Anne nació en Irlanda y fue hija de un hombre de leyes. No pasó privaciones en su adolescencia. Fue una niña con mucho temperamento.
Más datos
Montaba a caballo y usaba las pistolas mejor que muchos muchachos de su edad. El genio de Anne era bien conocido y se cuenta que cuando era una adolescente apuñaló a una criada inglesa de la plantación con un cuchillo de carnicero. Aburrida de la vida tranquila en la plantación de su padre, buscó nuevas aventuras. Según algunas anotaciones, pasaba mucho tiempo en los muelles con un pirata homosexual apodado ‘Pierre’. Este personaje era respetado en la isla y Anne competía con él en sus conquistas amorosas.
Mássss
Anne se encapricho con Chidley Bayard, uno de los hombres más ricos del Caribe. El adinerado caballero tenía una amante, María Vargas. Española de dudosa reputación y de un carácter violento. El encuentro entre ambas mujeres terminó en un duelo a muerte del que Anne salió victoriosa. Así, viajó asiduamente con su nuevo amante y disfrutó algunos meses de un alto nivel de vida. Luego se enamoró de un antiguo pirata llamado James Bonny. Se casó con él y adoptó el nombre de Anne Bonn. Más tarde abandona a su marido por John “Calico Jack” Rackham, Parece ser que Calico ofreció dinero a James Bonny para comprar la libertad de Anne. Este se niega y entonces Anne y Jack huyen y vuelven a la piratería .
Y la vida continúa
Cuando Anne quedó embarazada, Calico Jack la llevó a Cuba y la dejó en compañía de unos amigos para dar a luz a su hijo. Pero murió al cabo de una hora de nacer. Anne estaba destrozada. Jack la fue a buscar y se la llevó a New Providence para que se recuperara. Anne vestía ropas masculinas, era experta en el manejo de las pistolas y del machete y era considerada tan peligrosa como cualquier hombre pirata. En una de las incursiones un joven marinero es capturado llamado Mark Read resultó ser una joven inglesa cuyo nombre era Mary Read. Rackhan permitió a Mary continuar con su disfraz y unirse al grupo. Se dice que ambas se habían enamorado y a su vez compartían por las noches a Jack. Se hicieron muy famosas por sus múltiples hazañas en el mar y por demostrar más valor que muchos hombres, lo que se demostró en su última batalla. En octubre de 1720, la recompensa por sus cabezas era bastante elevada. El gobernador de Jamaica se enteró de la presencia de Calico y envió un barco armado para capturar al capitán y a la tripulación. La nave de Calico, llamada “Revenge” (Venganza), fue tomada por sorpresa y solamente Anne y Mary lucharon en cubierta mientras los demás piratas se emborrachaban en sus camarotes.
Las confesiones
Las dos confesaron ser mujeres ante el tribunal y abogaron por ser juzgadas separadamente de los hombres. Tanto Anne como Mary conocían la ley inglesa que prohibía colgar a una mujer embarazada y por eso hicieron llamar a un doctor que confirmó que estaban embarazadas de unos seis meses. Entonces el tribunal ordenó que serían juzgadas por separado después de que dieran a luz, pero igualmente fueron condenadas a la horca. Mary Read escapó de la horca al morir de una fiebre mientras estaba en la cárcel. Anne, sin embargo, recibió varios aplazamientos de su ejecución hasta que misteriosamente desapareció de los expedientes oficiales. Se cree que su padre, que tenía contactos en la isla, perdonó a su hija y la rescató para traerla de nuevo a Carolinas, donde le consiguió un nombre nuevo y una nueva vida a sus 20 años.
En estos tiempos de inseguridad quien no querría tener a una dama así a su lado. ¿O sería demasiado?
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