Esperanzas
Silencio, acaso una palabra vacía
Pero encierra el grito, la impotencia, la furia.
La última música se ha ido como la flama que muere
llevada por un viento frio.
El palacio en penumbras se recoge, la risa otrora maravillosa
ha muerto sepultada por una realidad atroz.
Mañana las calles volverán a inundarse
otra vez con falsos profetas.
Los fanáticos de otrora con sus sueños imposibles
han mutado por otros nuevos, que suponen
que sus Dioses no los defraudarán.
Ilusiones de la fe, vanos deseos.
La realidad, como una marea los sepultará nuevamente y entonces ya no habrá más horizontes que correr.
¿En dónde esconderé entonces mis huesos? ¿Quién escuchará mis voz cansada e ignorada?
¿Acaso esto se repetirá una y otra vez como querer escapar de un laberinto sin salida?
Preguntas mientras llega la noche callada y comienzo a desesperar
por un sol más tibio.
Pero nadie entiende y aunque lo hicieran ¿Cuál es el camino correcto?
Dejaré que el río siga fluyendo convencido que por ahora no hay un tal vez.